jueves, 25 de octubre de 2018

La ventana


Oliver yacía acostado sobre su cama con las cobijas que cubrían solo la mitad de su cuerpo. A pesar de lo oscura que estaba la habitación, se podía distinguir sobre la mesa de noche un pequeño aparato plástico que funcionaba como alarma, un libro marcado en la última página que había leído y una lámpara que tenía una pantalla de color amarillento, la cual demostraba sus años de antigüedad. La ampolleta se mantenía parpadeando y seguía caliente, como si Oliver la hubiera apagado hace unos minutos para dormirse, lo cual era totalmente erróneo. 

El muchacho de diecisiete años se había dormido a las diez de la noche, luego de haber terminado de estudiar para la prueba que rendiría al día siguiente. El despertador marcaba las 5:57 de la madrugada y Oliver no mostraba señales de querer despertar. Parecía que ni siquiera estaba respirando. 

Cinco minutos después, su cuerpo comenzó a temblar y, de pronto, la ventana se abrió tan fuerte que pudo haber despertado a todos los integrantes que habitaban aquella casa; pero no fue así. Solo Oliver abrió los ojos e intentó sentarse sobre la cama, pero fue imposible. Algo lo pegaba a su colchón, algo que no lo dejaba moverse ni un segundo. Al fin pareció respirar. Movió sus ojos en busca de algo que le permitiera entender qué era lo que estaba sucediendo, sin embargo, todo parecía tal cual como siempre. 

¿Qué era aquello que estaba pasando y por qué no podía mover ninguna parte de su cuerpo? 

Cerró los ojos y los apretó muy fuerte. Si aquello era una pesadilla, entonces nada malo podría pasarle. Volvió a abrirlos e intentó mover su cuerpo para sentarse. Falló otra vez. Repitió las mismas acciones una y otra vez, hasta que ya no pudo ni siquiera pensar en moverse. Sus neuronas habían dejado de hacer sinapsis, pero no podía permitir que algo así lo mantuviera ahí, de esa manera. 

De pronto, también dejaron de funcionar sus pulmones, dejó de respirar y su rostro se puso morado en tan solo unos minutos. Las paredes, por su parte, se cerraron lentamente. Se acercaban a él con la intención de aplastarlo, de empeorar su situación. Destellos de luz  aparecieron por toda la habitación y una especie de escarabajo gigante lo miraba fijamente desde el techo. La mirada de los negros y grandes ojos de ese bicho clavaban con intensidad los de Oliver, quien no podía defenderse, correr, gritar, ni respirar. 

¡Respirar! Gritó alguien muy a lo lejos. El muchacho no tenía cómo saber quién le gritaría semejante palabra. No había nadie más en la habitación… nadie más que pudiera hablar. 

Parecía que hubiesen pasado treinta minutos desde que todo comenzó, pero no, solo transcurrió un minuto. 

Oliver se esforzó nuevamente y cerró los ojos. Los mantuvo ahí un momento y un grito muy agudo empezó a dañar sus oídos. Mismo grito que apareció cuando una silueta intentó traspasar la pared derecha y la dejó marcada. El muchacho no podía gritar, no tenía manera de expresarse ni de llamar a alguien. Todos sus sentidos se habían bloqueado, excepto su visión.

De pronto, todo lo que había sucedido se borró; se difumigó entre las cortinas y la ventana que, misteriosamente, estaba abierta. Entonces, Oliver logró sentarse con velocidad sobre la cama mientras gritaba lo más fuerte posible. Abrió los ojos y se encontró, por fin, con la realidad. Su respiración estaba agitada y sus manos temblaban. 

—Ya van cuatro noches… —murmuró entre sollozos, mientras se dedicaba a mirar la ventana abierta.

8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Me alegro que haya logrado eso. ¡Gracias por comentar! ¡Ten una buena noche!

      Borrar
  2. Wow que talento, me enganchó terrible

    ResponderBorrar
  3. ¡Hola! Te acabo de nominar al Book Tag Liebster Award, aquí te dejo el link de la publicación por si te interesa unirte. Saludos
    http://the-old-bookstore.blogspot.com/2018/10/book-tag-liebster-award-2.html

    ResponderBorrar
  4. Me ha gustado, me ha parecido una gran aproximación a la parálisis del sueño. Yo que la he sufrido alguna vez por pocos segundos, me acerco a lo que escribres. Muy interesante Mele

    Un abrazo ^,^

    ResponderBorrar